sábado, 7 de octubre de 2017

EL Mito de Aracne.

 Diferentes bordadoras, hilanderas, tejedoras y encajeras son nombradas por Homero en sus poemas la Ilíada y la Odisea. Muchas diosas ocupaban su tiempo en este tipo de labores, habitualmente de acepción femenina, aunque no ha sido siempre así. En ocasiones, el propósito de su pasatiempo no consistía en la satisfacción de lograr un producto artesanal, sino que, a veces, era entendido como una expresión de paciencia, de dedicación, o incluso, tratando de retorcer la historia y llegar a un objetivo en concreto, manipulando al resto de actores de dicha historia.

 Uno de los personajes mitológicos más conocidos que realizara trabajos textiles fue Penélope. Hasta veinte años estuvo deshaciendo por la noche el avance del día en el sudario para Laertes, evitando así aceptar a ningún pretendiente, y esperando a que su amado Ulises regresara de la Guerra de Troya. Por eso, se le considera un símbolo de la fidelidad conyugal.





 Por el contrario, poco se sabe de la que consiguió ser reconocida como la mejor bordadora y tejedora de la ciudad de Hipepa: Aracne.
 Aracne era hija de Idmón de Colofón, conocido por teñir de púrpura lanas llegadas de Tiro.






El exceso de alabanzas por sus labores llevó a Aracne a creer que poseía una destreza para tejer y bordar incluso superior a la de la propia Atenea, diosa de la guerra, de las artes y de la habilidad, de la sabiduría y de la artesanía, entre otros saberes.

 Atenea, según la mitología griega, adorada como Minerva en la mitología romana, recibió el comentario como una auténtica ofensa a su deidad, se disfrazó de anciana e intentó que la tejedora reconociera su inferioridad. Pero lejos de ser así, Aracne propuso una demostración de las artes de cada una, incluso tras saber de la verdadera identidad de su oponente.

 El tapiz que tejió Atenea representaba cómo ella misma había vencido a Poseidón, hecho que le valió para ser la patrona de la ciudad de Atenas. Aracne, por su parte, mostró en su bordado una veintena de infidelidades de los dioses, entre ellas, las de Zeus, padre de Atenea. La perfección de este trabajo fue reconocida hasta por la misma Atenea, pero lo expresado en él levantó su furia, destruyendo tapiz y telar. Fue cuando Aracne se dio cuenta del fallo que había cometido e intentó ahorcarse. 

 Según Ovidio, la fábula concluye cuando Atenea salva a Aracne de su muerte, pero la condena a ser una araña, obligada a tejer el resto de su existencia, como medio para conservar esa existencia... al igual que las arañas utilizan la tela que tejen para obtener el alimento.


Bordado alegórico, trabajado por Cristina
Ideas de realización: Naty Ramírez.

 Siempre había pensado que yo era Penélope, dulce y paciente, con el hilo deslizándose suave entre mis dedos, perfectamente peinada y suspirando, mientras espero a que mi Ulises vuelva de su guerra. Sin embargo, hoy estoy convencida de que soy Aracne, que busco desesperada un hilo, ansío moldearlo y girarlo, entrelazarlo y cruzarlo... porque necesito coser, tejer, tricotar, bordar o flecar para mantenerme viva...



jueves, 14 de septiembre de 2017

Ropa infantil de verano (4).

  Cuando nuestros niños ya están morenitos por el sol, lucen mejor la ropa de verano de colores claros y fuertes, y, sobre todo, destaca su piel si visten prendas de color blanco. 

 El ambiente de mar que hay en estos meses también llega a la ropa que usamos, de texturas más ligeras y con adornos marineros. Y no sólo predomina el azul. Los conjuntos marineros en rojo combinado con blanco son bastante llamativos para pasear por las tardes. 

Detalles marineros en rojo.

 En esta época se utilizan tejidos ligeros, con el algodón como principal componente, siendo las viscosas y batistas las más apreciadas. Esta última es la que se ha empleado en la confección de este conjunto marinero para niño y niña. 


 La cinturilla del pantalón se ha cosido con hilo rojo, al igual que el borde del bolsillo del vestido. La amplitud del vestido se consigue, además de con la forma inclinada del patrón, con aberturas laterales que coinciden con la costura, y que se han marcado con el biés rojo que delimita el bajo. Las tirantas se hacen continuando con el biés que bordea la sisa. En la espalda se abre una solapa con dos botones rojos.

¿Inspiraremos en La Pantigana?


domingo, 3 de septiembre de 2017

Un kimono para Mamá.

 Se ven desde hace unos veranos, pero este año los kimonos destacan más por las telas con las que se han confeccionado. ¿Y quién no tiene un kimono? Pues pensándolo bien... mi Madre no luce ninguno. Así que decidí hacerle uno por su cumpleaños.
 No es el primer kimono que hacemos en este Taller. Son muchas las ocasiones en las que hemos sacado del armario un kimono de otro estilo.

 En general, un kimono tiene mejor movimiento si está hecho con una tela ligera, y con el calor que nos ha tocado este año era casi obligatorio buscar una tela que además fuera fresca. Por eso elegí una viscosa estampada en azul, con un dibujo sin dirección para que el patrón sea más sencillo, sin costura en los hombros.

 En este diseño, el corte es crucial. Recordad que los tejidos de punto no se deshilachan, por lo que no tuve que marcar ninguna línea. Sólo hay que cortar el diseño con las tijeras, dejando 1 cm de márgen para el dobladillo.

 La pieza de tela medía 1,60 m de largo y 1,50 m de ancho. La parte lisa de la tela estaba siguiendo el borde de la pieza, y las flores pequeñas quedaban en el centro. Utiliza una camiseta de tu talla para dibujar las mangas. 

 En el siguiente dibujo se pueden ver los pasos a seguir en la confección del kimono. Seguro que a alguna ya se le ha ocurrido este sencillo método.


 Coloca la tela en tu superficie de trabajo con el derecho de la misma hacia arriba. Dóblala por la mitad dejando el derecho en el interior. Dóblala de nuevo colocando las esquinas inferiores sobre las superiores. Coloca la camiseta doblada por la mitad a lo largo sobre la tela para dibujar el hueco de las mangas, y corta las cuatro telas iguales. 
 Desdobla dos de las cuatro telas. Sobre uno de los lados, dibuja y corta la abertura delantera hasta casi la mitad del largo de la tela. Desdobla la tela y dóblala hacia el otro lado, dejando revés con revés. Cose los laterales, los huecos de las mangas, y también todo el contorno. 
 Para un acabado más profesional, después de cortar el patrón, sitúa la tela derecho con derecho, y remalla y cose las costuras por el revés en vez de hacerlo por el derecho.
 Para los huecos de las mangas y el contorno hemos utilizado el pie de máquina de dobladillo rulote.

 Y el resultado es...



¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MAMÁ!!

Espero que guste en RUMS.

jueves, 20 de julio de 2017

Mi Vainica se llama Elena.

 No recuerdo quién me llevó hasta aquel grupo de Facebook. Si pudiera recordar, no sabe lo agradecida que le estoy. En Artesanas del bolillo convivimos en igual tono principiantes, maestros y proveedores de materiales. Enseñamos nuestros mundillos, opinamos de los trabajos de los demás, resolvemos los problemas que nuestra pasión nos quiera presentar, quedamos en los encuentros y adquirimos materiales. Un día, como una pregunta más, Ana Isabel Madrigal, maestra de bolillos, comentó que si alguien sabía hacer Vainicas...

 El resultado fue la creación de un nuevo grupo de Facebook llamado Caprichos de Vainicas, capitaneado por Elena, o, lo que es lo mismo, Caprichos de Bolillos. Actualmente, este grupo se compone de más de 4.600 miembros.
 Caprichos de Bolillos se presenta como un blog en el que se pueden admirar y adquirir labores de bolillos con un alto grado de perfección. Ligas para novias, cojines de alianza, pañuelos de comunión y una extensa variedad de tocados para celebraciones son algunos de los testigos de la destreza y el tiempo que Elena administra en su taller. En las fotografías que expone se puede comprobar la capacidad que ostenta, ya que no le frena la dificultad del patrón, llegando a realizar motivos tan complicados como las hojas de guipur en una reproducción milimétrica.
 Su dominio en este arte se puede comprobar también en su canal de Youtube, del mismo nombre, corroborado por sus más de 10.600 suscriptores, y superando los dos millones de reproducciones de sus 274 videos.



 Esta ilusión por hacer vainicas era una idea que yo cavilaba hace tiempo, y mi primera reacción fue que me convertiría en la espectadora del grupo, debido a que ocupaba mi tiempo en otros proyectos. Pero tras el segundo video, la bondad de la voz de Elena consiguió convencerme para participar y hacer los ejercicios, con una satisfacción tal que sólo el resto de alumnos con los que comparto curso pueden comprender.



 Conforme avanzan los videos va aumentando la dificultad del ejercicio, sin que con ello disminuya la ansiedad por la siguiente vainica. Con ellas, cada alumno está elaborando su muestrario en distintos colores, y a cual más espectacular y con mayor gusto, dignos de formar parte del album de recuerdos que nuestra maestra está recopilando con una lógica satisfacción. Algunas de las fotos de los alumnos, como en singular y espontáneo concurso, podrían ser las portadas de conocidas revistas de la materia. Los más cuidadosos acompañan su vainica de adornos florales o de complementos de costura, comenzando conversaciones sobre los mismos, como fue el caso de un juego de dedal, guardajugas, tijeras y punzones, que para nadie pasó desapercibido. Algo similar ocurrió con diferentes tijeras.
 La búsqueda de descatalogadas revistas de vainicas o el abecedario para bordar nuestro nombre ocuparon bastante nuestro tiempo en común. Muy comentados fueron los bordados de siluetas de tijeras, y muchas compañeras están haciendo este curso gracias a que Sonia Plaza les proporcionó los materiales.

 Es inevitable que tengamos numerosas historias, ya que se trata de un considerable número de alumnos, entre los que se encuentran algunos artesanos y maestros del encaje de bolillos, como Ana Isabel Madrigal Francisco Cordero Carrión


Detalle del muestrario de vainicas dirigido por Elena.

 Elena, con su interminable paciencia, responde a cada pregunta, a cada comentario, bien en el grupo, por mail o WhatsApp, llegando a colapsar su tiempo. Es cuando descubrimos con deleite que es persona, que se debe a su familia, a sus dos pequeñas alumnas, lógicas beneficiarias de la habilidad de su Madre. Como consecuencia de este colapso, surge un sentimiento de compañerismo en el que las dudas más básicas o ya comentadas empezaron a ser respondidas por las que ya habían superado ese problema, con el alivio y aceptación por parte de nuestra profesora. Lo cierto es que muchas de las cuestiones son comunes y es más práctico el comentarlas en abierto al resto del grupo.

 Y todo gracias a ella, a Elena, para quien cada vainica tiene un nombre basado en su forma de ejecutar, o en el dibujo que resulta, o en como su Madre la nombraba. Para mí, mi Vainica se llama Elena, haga la vainica que haga. Porque mientras la bordo, estoy oyendo esa voz tan dulce, tan paciente, que repite incansable las directrices a seguir, con entrega, con disposición, con autoridad de maestra a sus alumnos. Y la escucho con admiración, con la atención del que quiere aprender, guardando cada palabra en la memoria con recelo. Tenemos mucho en común y, sin embargo, una opuesta disciplina: mi dedal de plata es mi bandera... ¡y ella no usa dedal! Hasta ese imperdonable detalle pierde interés cuando se habla de ella, de "la más caprichosa".


Muestrario de vainicas sin terminar del curso on-line que imparte Elena.

 En cada nueva vainica, Elena añade detalles de su arte heredado, sin esperar nada a cambio. Pero no va a ser así. Su legión de bordadores no saben ya cómo darle las gracias. Y yo, que soy una de ellos, no me conformo con una palabra. Así que, aquí tienes mi forma de agradecerte lo que me estás haciendo disfrutar con los hilos en el taller, en éste al que llamo mi Taller de Hilos.


GRACIAS, ELENA.


sábado, 15 de julio de 2017

Una estola de seda con flecos para Carmencita.

  Después de una década con tantos hermanos, reducir la vida a sólo una hermana se hizo extraño. Pero la generosidad y vitalidad de Tía Carmen consiguió cambiarlo todo. Me brillan los ojos al recordar esos veranos bajo el sol gaditano. Otra vez era la menor de muchos hermanos, que en esta ocasión iban a la playa en un Renault 12 ranchera de color burdeos, con tantos asientos imaginarios que el trayecto se hacía muy corto. Recuerdo perder el aliento ante la imponente figura de mi Tío, que aunaba su uniforme militar con expresiones de cariño. Tenía un admirado hermano mayor, bastante protector, y un divertido compañero de juegos que nunca ha parado de hacerme reir con sus ocurrencias. Porque esa arena y yo nos conocíamos desde hacía bastante tiempo, aún antes de tener conocimiento. Fue en un verano y con Abuela Nati pletórica por estar con tres de sus hijas a la vez. Al crecer en la vida, cambia el lado del prisma con el que ves el paisaje, llegando hoy a buscar, como en casi todas las opciones que se me plantean, un imposible: la arena sin sol. Tengo que decir que algunos imposibles los he conseguido...

 Esta nueva familia presentaba grandes diferencias con la anterior, y la más drástica era que ahora no podía elegir entre hermanas. Sólo estaba ella: la mirada que quería tener hermanas pequeñas. Recuerdo cerrar la puerta de su coqueto dormitorio para contarnos ningún secreto, huyendo de varoniles voces. Sus muñecas, sus libros de Enid Blyton y su bureau oscuro daban calma y misterio a ese cuarto de gran espejo con fotos enganchadas, donde nunca tuve intención de tocar nada para no manchar tan auténtico carácter.
 Carmencita para mí, Mari Carmen para los demás, siempre ha tenido una actividad tranquila pero intensa, combinada con su persistente cariño, y llena de una a veces incomprendida buena intención. Asombrosa cocinera y ordenada subalterna de su Madre, sonreía camino de la playa, presumiendo de primas pequeñas ante los vecinos. Imposible olvidar que, cuando estaba a punto de flotar en mi sueño sobre la arena, su voz sonaba firme anunciando el tan temido paso del tiempo, que obligaba a girar el cuerpo otro cuarto de hora en posicion inversa. A pesar de mis quejas, conseguía devolverme con un excepcional color de piel, impensable en mí.
 Muchas imágenes, algunas para siempre sobre el papel, llenan esos veranos con sabor a mortadela con aceitunas y competiciones comiendo arroz a la cubana, además de una inolvidable, única y sabrosísima ensaladilla rusa de Tía Carmen, de imprescindible cata bautizadora para todos los nuevos miembros de esa Familia de Verano.
 Y con el paso de los años, descubrí sorprendida que su ilusión por ser nuestra "hermana mayor" era muy superior a la diferencia de edad que nos separaba. Consiguió engañarme con su mayor secreto.

 Y es que Carmencita es la dulce mirada que te envuelve y protege. Una mano que te aprieta el brazo y te pregunta si estás bien, entonces ella también. El roce suave de un gato que ronronea. Carmencita es la familia, todos juntos, con sus padres en el centro. Multiplica las horas del día para impresionarnos; llega donde los demás pierden el aliento y abandonan. Es la constancia, el esfuerzo, hasta que consigue su objetivo. Todo en su sitio y conjuntado con estilo.
 Pero para mí, Carmencita es quien trajo el olor a jazmín a mi ropa de ajuar, quien me dio consejos en mi primer vuelo sola, y donde encontré el ejemplo de una vida exitosa y ordenada lejos de los de siempre.





 Para Carmencita, una estola en seda estampada de Emanuel Ungaro, con flores azules y moradas sobre fondo turquesa. Queda terminada con fleco de viscosa en malva, con el que se ha realizado un enrejado de dibujo habitual en los mantones de manila.

Estola de Carmencita adornando el juego de jarra y palangana de La Cartuja de Sevilla que Abuela Nati le regaló a mi Madre tras pasar juntas un verano en Cádiz.

 Esta seda tiene un tacto distinto a las que he trabajado anteriormente, y su brillo es cautivador. El dibujo floral violeta y azul pavo es protagonista sobre la sombra de hojas en dos tonos del fondo. En su revés se puede leer la marca de esta conocida firma de moda francesa, en distintas direcciones.









Feliz Día del Carmen.
 Un beso de tu rubia.



 Y enlazamos a RUMS para que lo vean las demás.

sábado, 1 de julio de 2017

Bordado mallorquín.

 Aunque mis ojos se vayan siempre hacia los encajes, a veces, me apetece coger la aguja corta y hacer algún bordado. Como casi en todas las ramas de la artesanía de los hilos en las que me he aventurado a trabajar, he tenido que buscar yo sola las bases de la realización, bien con un libro o con trabajos ya acabados, descifrando si estaban hechos a mano o a máquina. Aunque haya quien opine que buscar culpables es reflejo de una incipiente cobardía, esta tendencia que poseo de ir cambiando de un método a otro está influenciada por las revistas multidisciplinares, donde se presentan ejercicios de muy diferente ejecución, en admirables encuadres fotográficos. Esas páginas que ofrecen los recursos básicos para obtener tan admirables resultados ponen en marcha todos mis sentidos y me incitan a probar nuevos caminos en mi Taller.
 En algunas ocasiones, mi osadía por iniciarme me ha conducido a un estrepitoso batacazo, pero mi próximo objetivo tenía una característica que podría camuflar mi intromisión en cuanto a técnica: la combinación de colores. Distraer la atención en un resultado más artístico podría dar lugar a un exitoso trabajo, a pesar de algún error en la realización. Y si hay una labor de hilos con aguja corta que destaque por colorista, esa es el bordado mallorquín.



 Cruces de hilos, motivos geométricos y la convivencia de vivos colores en pocos centímetros son el patrón que se repite en telas de algodón, normalmente de color blanco, y en piezas más modernas, azul pavo, rosa y amarillo suave. Retorcidos zarcillos cuelgan de flores llenas de movimiento, recordando la naturaleza que los ha inspirado.



 El sol del Mediterráneo se vale del mercerizado del hilo para aumentar su brillo sobre curvas y rectas intercaladas en un típico diseño de recuerdo veraniego. Destinados a ropa de hogar para baños y dormitorios, algunos cojines e impresionantes manteles, bordar estos versátiles diseños es rodearse de la luz y la alegría del sur de Europa. Aquí se justifica la forma de ser y de vivir en esta zona. Yo pertenezco a ese grupo que puede cantar fielmente "... si yo... nací en el Mediterráneo..."


Juego de servilletas adornadas con bordado mallorquín, para el ajuar de mi hermana Merche.

 También es frecuente en los últimos años encontrar vestidos, faldas y pantalones adornados con tan singular bordado en sus remates, acompañado, para las más exigentes, de llamativas vainicas que sujetan el dobladillo de las prendas.


viernes, 16 de junio de 2017

Ropa infantil de verano (3),

 Para aprender a coser hay que empezar por algo sencillo, porque hasta hacer un simple cojín tiene su historia. Si tienes la suerte de poder vestir a una niña, es una muy buena manera de iniciarte. La verdad es que una niña va a lucir lo que le pongas de una forma espectacular. Y te va a dar la ilusión que necesitas para seguir creando modelos.

 Elige un patrón sin complicaciones, preferiblemente de una pieza, y combínalo con una tela vistosa. Será un éxito seguro. Y si quieres un proyecto más fácil todavía, mide el contorno de su pecho y con el doble de esa medida, y el largo que te guste para ella, obtienes un rectángulo que será el vestido. Frunce el escote y déjalo abierto por detrás. Añade las tirantas y ya está terminado. Fíjate en estos ejemplos :

Vestido estampado de flores, fruncido en el escote y con coletero a juego.

Vestido o camisón en batista blanca con bordado y festón en el borde, con pliegues en el pecho. Pañuelo rosa reversible para el pelo.

  Con esta idea de verano, nos vemos en Menuda Inspiración.



viernes, 2 de junio de 2017

Camisetas infantiles (4).

 Coordinando unos bañadores que tenían el dibujo de unas fresas, ideamos las siguientes camisetas :


 Como hemos hecho en otras ocasiones, adquirimos una camiseta ya confeccionada, con patrón de niño y de niña, claramente diferenciados, y bordamos nuestro dibujo sobre ella. Para que el bordado quede perfecto, consulta mi entrada Camisetas infantiles.


 Utiliza colores vivos, los colores pastel sobre fondo blanco apenas se ven, y con la luz del verano tu bordado tendrá un contorno más definido.


 Si te decides por un hilo de algodón fino, deberías bordar con dos hebras. Así se marcarán más los trazos del dibujo. Yo prefiero hacer dos filas de punto de tallo, siendo la segunda la línea interior al dibujo, para no deformarlo.

 ¡Y qué fresones bajamos a la playa!






¿Qué tal sentarían en Menuda Inspiración?




viernes, 26 de mayo de 2017

Palillos de bolillos de madera (2).

 Se podría decir que son el tesoro de mi Taller de Hilos. A pesar de dedicarme a otras técnicas, el encaje de bolillos siempre ha estado muy presente, ya sea por su belleza o por su dificultad en la elaboración. Así se justifica también el intenso empeño que he puestoen aprender a hacer este delicado arte.

 En todas mis labores he partido de una premisa imprescindible: para aprender correctamente a hacer un trabajo hay que emplear buenos materiales. Mis manos y mis ojos valen mucho como para que, después de dedicarle tiempo, el trabajo muestre un mal aspecto causado por la pobreza de los materiales. Y ya que lo denomino Taller de Hilos, está claro qué detalle es el más importante para mí.
 Hay algunos elementos que pueden ser sustituidos por otros más rudimentarios, pero manejar accesorios poco adecuados puede originar malos hábitos o incluso el aprendizaje erróneo de una metodología en concreto. Si hay una imagen en la red que me impactó fue aquella que encontré en la que se estaba haciendo encaje de bolillos utilizando pinzas de la ropa... Este extremo no es necesario. Como en todas las artes, hay distintos grados de calidad en los instrumentos, acompañados de un precio. En el término medio está el buen gusto. 

 Conforme me interesaba más el encaje de bolillos iba aumentando mi interés en mejores materiales. Me atraía su belleza, sobre todo, la de las maderas nobles de los palillos de bolillos. Algunas de estas maderas, desconocidas por mí hasta entonces, consiguieron hipnotizarme lo suficiente como para adquirirlas.



 Bolillos de Bayeux en madera de Amaranto. Gallina-alfiletero realizada con la técnica de patchwork, y bolsa a juego para recoger los hilos, confeccionadas por Pepi Eleno.







Palillos de bolillos en madera de Guatembo, algunos pintados con chalk paint o pintura a a tiza por Ángeles Santigosa, coronados por un bolillo recuerdo de Camariñas.

Palillos de bolillos en madera de Bobinga, durante la realización de un encaje.


viernes, 19 de mayo de 2017

Francisco, el pianista de Hinojosa.

 Muchos años lleva Mariña Regueiro creando encajes de Hinojosa, dirigidos desde su Escuela de Encajes en Santiago de Compostela. Su labor ha culminando en la publicación de un libro llamado El Encaje de Hinojosa. Historia y Técnica, escrito en cuatro idiomas, editado en marzo de 2011 por primera vez. Probablemente, éstos sean los mismos años que tiene en su haber personal Francisco Cordero Carrión, la más joven batuta del Encaje de Hinojosa. 

 Tanto desde su canal de Youtube, llamado Patrones 2000, como desde su grupo de Facebook, Encaje de Hinojosa, la sureña voz de Francisco nos descubre cómo llegar al final de una complicada curva, en la que ni habrías pensado en entrar tú solo, con la templanza de estar viendo una película bélica sabiendo el final. Este hecho justifica las impresionantes cifras de sus videos, llegando a las casi 4.300 visitas en algunos de ellos y a más de 56.000 visualizaciones del canal en apenas tres meses.

 Desde un ángulo casi imposible, las explicaciones de Francisco son obedecidas por sus ágiles manos, modelando con sus palabras el más español de nuestros encajes. Su serenidad, transmitida en una lineal voz, nos aporta el escudo de seguridad para seguir hasta el siguiente alfiler, mientras repite incansable el motivo de su proceder a cada paso, volviendo a las primeras lecciones. 

 Sus comentarios alentadores en Facebook se mezclan con las fotos de los ejercicios de sus alumnos, que releen sus palabras, buscando resolver el cambio de guía que les permita acercarse a un trabajo bien hecho. Cada pregunta obtiene la tranquilizadora respuesta de este virtuoso pianista del bolillo, que nos recomienda seguir el método cerrado, obligado al utilizar un mundillo redondo.

 A la vez que su fervorosa audiencia, Francisco está elaborando el muestrario de encaje de Hinojosa con el que nos desvela los secretos de los más de veinte puntos con los que se realiza. En su caso, se puede apreciar un auténtico dominio de esta técnica, ya que sus curvas tienen una ejecución admirable. 

 Llegando a la mitad de los puntos más conocidos del encaje extremeño, y con dudoso éxito en algunos casos por mi parte, soy consciente del esfuerzo que está realizando este maestro, descubierto por mí hace poco. 



 Sobre la mesa de mi Taller, observo este paisaje que contrasta la elevada experiencia de Mariña junto al sorprendente conocimiento de la juventud de Francisco.



 Francisco, gracias. Esperamos tu próximo video.

sábado, 13 de mayo de 2017

Funda para la máquina de coser.

 Que me guste la costura, las telas y los hilos no es casualidad. En casa siempre ha habido mucho movimiento de estos materiales. Y el llamado "armario de la costura" era para mí como el escondite de los tesoros, que, cuando mi Madre lo abría, yo no quería que se cerrara nunca. Deseaba tocar todo lo que en él se guardaba, meticulosamente ordenado, y dejarlo siempre así, para encontrarlo en la más estricta secuencia de tamaños y colores. 
 Así, marcada desde pequeña, el tener un sitio reservado para coser era una prioridad para mí. Es el espacio de los sueños, donde duermen y se hacen realidad. Así que debe ser acogedor, limpio y confortable.
 Mi Madre lo ha tenido en cuenta aún cambiando de casa. Presidido por la máquina de coser, dibujó el boceto de un armario de madera hasta el techo, preservando su espacio de costura. Yo examinaba con detenimiento la nueva ubicación para su máquina de coser, hasta que, oh horror, decidió cubrir tan preciado tesoro con un escueto trozo de tela que hacía caer estrepitosamente la magia de aquel momento. Fue en ese instante cuando me sentí en la obligación de hacerle una funda para su máquina.




 En realidad, se trata de un proyecto muy sencillo, basado en tres rectángulos. Dos de ellos serán iguales (en adelante, A es el delantero y B es el posterior). El tercer rectángulo, de mayor longitud, servirá de unión entre los dos que son iguales (en adelante es C). El tamaño de los rectángulos dependerá de las dimensiones de la máquina de coser.









 Situar el rectángulo B con el revés hacia arriba y unirlo por los laterales y la parte superior al rectángulo C.  En tejidos con dibujo tener en cuenta que éste coincida, y hay que prestar más atención si se trata de un dibujo a rayas. Remallar y coser.






 Para redondear las esquinas, girarlas provocando dos pliegues en los rectángulos A y B, sobre el rectángulo C.













 Coser los laterales del rectángulo A y después unirlo al rectángulo C sólo por la parte superior. De esta forma, el rectángulo A se levantará completamente y dejará ver la máquina.











 Para finalizar, remallar y coser todo el bajo por igual, teniendo en cuenta la altura de la máquina.  



Así quedó la funda de la máquina de coser antes que la viera Mamá.
 ¡Era una sorpresa!
FELIZ DÍA DE LA MADRE


 Si queréis ver más labores para el Día de la Madre se publicó una entrada especial.